domingo, 18 de noviembre de 2012

NWO Nuevo Orden Mundial (Capítulo 1: Gula)

Hola amigos, también aquí en el blog iré publicando los capítulos de mi nuevo libro llamado NWO: NUEVO ORDEN MUNDIAL, el cual trata sobre un futuro en donde existe un gobierno mundial y poco a poco el mundo ha ido cayendo en la dictadura mundial que tanto se temía. Y aunque la libertad y la justicia ya no son derechos para todos, el espíritu humano seguirá presente y más que todo estará presente en el Only One, quien está decidido a cambiar esta historia.

Capítulo 1: Gula

"Una segunda oportunidad para empezar, quizá eso era lo único que necesitaba"
Ese era el comentario que rondaba alrededor de toda la base, en un momento en que todos se encontraban pensativos e ilusos del peligro que en algún momento podría llegar a aparecer, ese fue en realidad el momento que creo nos cambio la vida a todos los que nos encontrábamos en esta base, y de alguna manera se terminaron todos los juegos, y fue entonces que el miedo al parecer había venido hacia nuestros corazones para finalmente controlarnos, de todo lo que alguna vez tuvimos una idea de hacer entonces quedó olvidado, mi mente estaba tan agitada en ese momento, y la salida más obvia parecía que era la que habían tomado algunas de las personas de la base, la de buscar alguna forma de terminar con todo esto y quitarse la vida..

- 593! 593! 593!
Claramente era la voz del sargento Lemus, quien además golpeaba la puerta con una desesperación inminente, mi cuerpo estaba totalmente vencido, todo lo que habíamos realizado la otra noche me tenía totalmente agotado, pero al ver la hora me desperté violentamente y respondiendo al sargento me vestí lo más pronto que pude y abrí la puerta, lo primero que hice fue mirar los ojos ardientes del sargento Lemus quien además mostraba un gran enojo con su bigote, luego con una voz fuerte me ordenó que vaya rápidamente a mi lugar de guardia, entre sobresalto y aun todavía con parte de mí en ese gran sueño que me había atrapado totalmente me fui hacia el lugar, sin antes agradecer al sargento por el aviso, rápidamente fui al lugar donde me habían asignado que debía hacer guardia a esta triste hora de las 3 de la mañana, corría sin hacer el mayor ruido posible para no levantar a los supervisores, también cruzaba los dedos para que aun nadie se haya dado cuenta de que no estaba en el lugar en el momento indicado. Estaba ya atrasado con cerca de 5 minutos, y esperaba que la persona que estuviera antes mío seguiría en el lugar para evitar sospechas, pero vaya sorpresa que me lleve que cuando entré al lugar de vigilancia a la única persona que encontré dentro era al teniente Rodrigues  en ese momento lo único que podía esperar era la típica regañada y el castigo respectivo, entré y lo salude con respeto, pero lo último que esperaría de parte suya era que sea recíproco, pues apenas pronuncié una palabra empezaron los insultos por su parte seguido por unos fuertes golpes a los cuales tuve que resistir sin mostrar dolor alguno, y luego prosiguió con el castigo respectivo el cual sería no tener desayuno esa mañana, después siguiendo con sus fuertes gritos que de seguro despertó al resto de la base salió del lugar cerrando la puerta con su gran fuerza.
Era normal que el teniente se comportaría así, pues era típico de su mal humor, ahora debía estar en este lugar por 3 largas horas, siempre me preguntaba porque siempre resultaba que me tocaba la vigilancia a la peor hora, y aun peor hoy después de que a pocas horas tuvimos una larga jornada de trote hasta profundas horas de la noche, me encontraba totalmente agotado, pero no podía arriesgarme a quedarme dormido nuevamente y a tener otro peor castigo que el que ya tenía, trataba de no pensar en la falta de desayuno del siguiente día y en lugar de eso decidí escribir las ideas que tenia en mi mente antes de olvidármelas, seguía con la aventura del Only One, de como en esta ocasión se encontraba en esa selva tan hermosa, acompañado por los sonidos de las aves y los insectos, y a la vez con tanto misterio; todos esos sentimientos que recordaba de mi infancia y que habla revivido hace pocos momentos en mi sueño, todos esos recuerdos que ahora se ven tan lejanos, pero que puedo tenerlos conmigo en mi imaginación y que es algo que estas personas jamás me podrán quitar. Y era esta imaginación lo que me mantenía con un poco de esperanza después de todo lo que había visto ya en este mundo.
Seguía con la historia, esperaba que algún día esta podría salir y llegar al resto de personas, pero por este momento seguía siendo solo una locura, pues en cualquier momento que alguna persona descubriera la existencia de esta pequeña libreta podría ser mi perdición, pero aun más el no poder tenerla resultaría aun peor, y es que eran pocos los lugares donde podía tener la libertad de seguir llenado sus ya arrugadas hojas, y eran solamente los puntos de vigilancia y mi habitación, lugares en donde ya tenía analizado el punto ciego de las cámaras de seguridad, pero de igual manera el tenerla en este punto de vigilancia era un peligro, pues a diferencia de la puerta con seguridad de la habitación  aquí podría llegar en cualquier momento algún sargento o teniente y claro en ese momento seria mi ruina, asì que después de anotar lo que había soñado, simplemente guarde mi libreta en el bolsillo especial que había diseñado en mi uniforme y continué engañando a la cámara con mi vista hacia el exterior mientras en mi mente seguía inventándome historias acerca del poderoso Only One.
La noche esa vez paso un poco más rápido que lo común y nuevamente no tuve la necesidad de ocupar el arma que me habían dado para dispararlo a la persona que intente de alguna manera escaparse de la base, por suerte y espero que nunca me toque hacerlo.
El reloj ya reflejaba las 6 y 3 minutos y mi reemplazo aun no llegaba, en ese momento empezaba a pensar en la suerte que tenía el tipo que me reemplazaría en que lo estuviera esperando y no como ocurrió con el que venía antes mío, y es que habíamos ya con unos amigos descubierto que mientras la puerta no suene, el vigilante no se daría cuenta de que esta habiendo el cambio de turno, así que podíamos saltarnos unos minutos nada más; pero por parte de mi reemplazo se le estaba haciendo tarde, así que el teniente podría aparecer en cualqueir momento, el reloj daba ya las 6 y 9 minutos, cuando finalmente se abrió la puerta, yo ya esperaba a que sea el teniente Rodrigues nuevamente, pero al darme la vuelta de mi asiento me di cuenta que era mi reemplazo, y bueno se trataba de ella, era la número 250, quizá la única persona de la cual conocía su número sin ser amiga mía. Nunca había entendido la manera en que siempre su cabello estaba tan impecablemente cuidado en estas situaciones, pero ahora entendía perfectamente la razón después de su atraso, pensaba entonces en ese momento ¿si la vanidad vale en realidad la pena ante un castigo?, pero bueno al parecer ella pensaba que sí.
- Gracias por esperarme, me has salvado. - pronunció ella con un tono agitada.
Entonces me levanté de mi asiento y fingiendo arreglar las cosas le dije con un tono de amabilidad - No te preocupes, ya sabes aquí nos ayudamos entre todos, al parecer aun estas un poco dormida.
- Que!!! Te refieres a mi rostro, ¿estoy con ojeras o que?
Le dije que "No" con un tono amigable y luego le señale que llevaba su camiseta al reves. Ella se sonrojó y tambien me soltó una dulce risa, - Bueno ya no importa, tendré que esperar hasta que terminé mi turno para arreglarme.
Seguí mi camino hacia la puerta y entonces mirando que no haya nadie cerca le dije que solo tuviera cuidado del teniente Rodriguez y que no salga haciendose el Galán, ella sonrió y nuevamente me agradeció mientras nos despediamos diciendo que tenga un buen provecho con mi desayuno, si ella supiera...
Salí finalmente del punto de vigilancia, mis ojos sintieron un malestar al sentir la luz de la base en ese momento, ya muchas personas estaban fuera rumbo a la cafeterìa para desayunar, ya que no tenía desayuno lo mejor que podría hacer era alejarme lo más lejos posible de ese lugar, decidí que sería bueno irme hacia mi habitación para tomarme una ducha y así poder seguir con el largo día que me esperaba. Caminaba apresuradamente pues al sentir el olor de la comida mi estómago lo único que podía hacer era sentir un despreció por mi al no poder levantarme temprano hoy, continue avanzando y en el camino me encontraba con algunos amigos y amigas quienes me preguntaban porque no iba al desayuno y cuando les comentaba lo del castigo del teniente Rodriguez estos se apiadaban de mí y me ofrecian alguna parte de su desayuno, yo agradecía su buen gesto pero lo rechazaba pues no quería que mi castigo se propague para los demás, pues sabía muy bien lo poco del desayuno y a la vez lo importante que llegaba a ser. Entre eso me encontré incluso con la banda: Carlos, Bryan, Juan y bueno... Evelyn tambien estaba ahí, como siempre, fue entonces que me acerque y los salude enérgicamente, mientras a Evelyn le sonreí coquetamente y luego frote con mi mano su cabello preguntándole que como estaba, después de eso ella se molestó, como presentía que pasaría, luego trate de disculparme y la abraze a lo cual ella se enfureció aún más, como sabía que pasaría; la verdad no entiendo a que clase de mujer no les gusta los abrazos, y lo digo porque ella mismo me lo ha dicho, pero lo peor de todo es que a otras personas ella si se lo permite, de cualquier manera me duele que haga eso, pero que más puedo hacer. 
Después de unas risas entonces me disculpo más formalmente de ella y me despido de mis amigos sin antes decirle a Carlos que trate de conseguirse un sanduche para mí, el dijo que buscaría la manera. Luego continue con mi camino hacia mi habitacion a tomar la ducha, por suerte estos días no ha habido razón para que nos quiten la ducha caliente, por lo que nadie quiere desaprovechar este privilegio mientras dure, y asì es que por esos cortos 5 minutos pero que a la vez parecen tan largos, me pude relajar con el agua caliente, con lo cual salí con nuevas energías hacia el campo de concentración, se nos había ordenado al pelotón que estemos a las 7 en punto en ese lugar y de mi parte como no tenía nada mejor que hacer decidí llegar lo más puntual que podía, lo que sea por no estar cerca de esa cafetería.
Al ver mi reloj que señalaba que aun faltaban 20 minutos para empezar la formación, estaba seguro que sería el primer en llegar y de cierta manera recibiría alguna recompensa, pero vaya sorpresa que tuve que al llegar cuando ví que ya eran 3 personas los que estaban formados ahí, fue ahí que quedaba mi esperanza de poder desayunar, ahora solo tendría que esperar contar con Carlos y con su habilidad para poder coquetear a las cocineras y que le regalaran un extra sándwich para poder tener algo con que poder resistir la jornada, no pude hacer nada más que sonreír y meterme a la fila, mientras el sargento Plaza se mofaba de mi cara sonriente. Ya en la fila tuve que nuevamente tratar de callar los ruegos de mi estómago por algo de comida, entonces lo que podía pensar para callar esa voz era el pensar que al menos yo estoy seguro que dentro de algunas horas comeré algo, cosa que las demás personas halla afuera no pueden decir, pienso en mi familia en como me enseñaron a soportar el hambre, a saborear la comida cada vez más deliciosa y ante todo a saber agradecer cuando podamos comer algo. Mientras pensaba eso la gente seguía llegando a la formación y en su aliento podía percibir aun el olor a queso, mora y huevos, fue difícil pero trataba de soportarlo todo aunque sea tratando de respirar solo por la boca.
Así se esperó hasta que llego toda la gente y nos formáramos en los 2 grupos de 666 Hombres y 333 Mujeres que ya estábamos tan acostumbrados, rápidamente se pasó la cuenta y al final como siempre el último número de enumerados era 666 y 333, en ese momento buscaba perdidamente a donde se encontraba mi amigo Carlos pero no lo podía encontrar, fue entonces que nos pidieron ponernos en posición firmes y que diéramos honores al Señor Wright, quien venía escoltado por un gran número de sargentos hasta el punto central del campo, al parecer el jefe del distrito tenía algo que decirnos, había escuchado sobre él, pero nunca lo había visto, mi sentimiento hacia él desde el primer momento que lo ví entonces fue de un odio sin sentido, se trataba de un hombre de estatura mediana bien vestido en terno, con muchas joyas en su cuello y manos, pero lo que más destacaba en sí era su gran barriga, por atrás le seguía su hijo de quizá 15 años quien ante la sorpresa de todos venía comiendo un gran emparedado, este al parecer había heredado la fisonomía de su padre. Entonces ante la mirada de todos, quienes se concentraban más en el emparedado que en el discurso del Señor Wright, este empezó:
"Seré pronto y breve esta vez, he venido acá para hablar acerca de un asunto serio que esta afrontando nuestro distrito, estamos en momentos en que no tenemos que tener misericordia alguna frente a los rebeldes allá afuera que están intentando arruinar nuestro perfecto gobierno mundial, no creo que nuevamente se quiera llegar a lo mismo que casi destruyó completamente el mundo el siglo pasado, ese mundo pecador que solo nos ha permitido heredar este mundo ya destruido y que ahora estamos intentando restablecer  y todo esto es su deber, por esta razón en los siguientes días yo personalmente estaré en la base para elegir a los nuevos GUARDIANES del distrito"
Poco seguramente era lo que podíamos oír del señor Wright pues mientras hablaba, su hijo seguía consumiendo más y más comida, era un apetito voraz el suyo quien incluso arrojaba comida a medio comer, para poder engullirse otros aperitivos distintos los cuales eran entregados por un sirviente del señor Wright quien tenía un surtido lleno de bocadillos, fue entonces que una voz tenebrosa sonó.
"Qué están mirando!!!, son unos débiles egoístas  que no pueden resistir por un momento lo que sus instintos animales les piden" en ese momento quitó violentamente de las manos de su hijo un emparedado a medio comer que estaba a punto de comer nuevamente, dio unos cuantos pasos hacia adelante, y entonces soltó el emparedado en sus pies, y luego manifestó: "El que tenga hambre que lo venga a tomar, que hasta acá se les puede escuchar sus tripas"
Por un momento todos se quedaron en silencio, podía ver el emparedado ahí y aunque estaba a medio comer, era mucho más grande de los que solíamos comer en la cafetería, mi estómago me lo pedía hacer, pero mi orgullo me decía detente, entre eso otros no pudieron soportar y se abalanzaron contra el sándwich a una gran velocidad, mientras el señor Wright dio unos pasos hacia atrás para evitar algún inconveniente, y fue entonces entre esa conmoción en que varios se lamentaban no haber corrido antes que sonó un disparo, todos se quedaron paralizados y entre el silencio que siguió al estruendo, se oyó una fuerte voz diciendo que todos se detuvieran. Mientras todos buscaban el origen de la voz inconfundible, nos encontramos con el teniente Rodrigues que daba pasos lentos hacia el centro del campo, con una cara que mostraba confusión, era el único que se movía frente a la sorpresa de todos, entonces se puso frente a frente al señor Wright, mirándolo con una furia temible, luego entonces se arrodilló y tomó el emparedado a medio comer, lo miró por un momento y después de quitar el polvo con sus manos se lo engulló de dos bocados ante la presencia de todos. Después el señor Wright hizó un último anuncio, que para el final de la semana, abra elegido a los nuevos GUARDIANES del distrito, después de esto se subió  a un auto negro que había venido a recogerlo, que en su puerta tenía el sello ya inconfundible del GRAN OJO, y poco después frente a la revuelta lo único que los sargentos y tenientes hicieron fue ordenar que hiciéramos una mañana nuevamente de trote, y de alguna manera con sus juegos mentales nos advertían que todo lo ocurrido se permanezca en silencio.

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